Pro­ble­mas estra­té­gi­cos de la gue­rra revo­lu­cio­na­ria en China

En los diez años trans­cu­rri­dos des­de que se ini­ció la gue­rra de gue­rri­llas, cada des­ta­ca­men­to gue­rri­lle­ro rojo inde­pen­dien­te, cada uni­dad del Ejér­ci­to Rojo y cada base de apo­yo revo­lu­cio­na­ria se han vis­to cons­tan­te­men­te enfren­ta­dos a las cam­pa­ñas enemi­gas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to». El enemi­go con­si­de­ra al Ejér­ci­to Rojo como un mons­truo y ha tra­ta­do de atra­par­lo des­de que apa­re­ció. Lo per­si­gue cons­tan­te­men­te, y siem­pre inten­ta cer­car­lo. Esta for­ma de ope­ra­cio­nes no ha cam­bia­do duran­te los últi­mos diez años. A menos que una gue­rra nacio­nal ven­ga a reem­pla­zar a la gue­rra civil, esta for­ma per­ma­ne­ce­rá inva­ria­ble has­ta el día en que el enemi­go se con­vier­ta en la par­te débil y el Ejér­ci­to Rojo, en la par­te fuerte.

Las ope­ra­cio­nes del Ejér­ci­to Rojo toman la for­ma de con­tra­cam­pa­ñas. Para noso­tros, vic­to­ria sig­ni­fi­ca prin­ci­pal­men­te la vic­to­ria en cada con­tra­cam­pa­ña, o sea, la vic­to­ria en el plano de la estra­te­gia y de las cam­pa­ñas. La lucha con­tra cada cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» cons­ti­tu­ye una cam­pa­ña mili­tar, que por lo común está com­pues­ta de varios e inclu­so dece­nas de com­ba­tes, gran­des y peque­ños. Mien­tras una cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» no haya sido aplas­ta­da en lo fun­da­men­tal, por muchas que sean nues­tras vic­to­rias en los com­ba­tes, no se pue­de hablar de vic­to­ria estra­té­gi­ca o de vic­to­ria de la cam­pa­ña en su con­jun­to. La his­to­ria de los diez años de gue­rra del Ejér­ci­to Rojo es una his­to­ria de lucha con­tra las cam­pa­ñas de «cer­co y aniquilamiento».

Tan­to en las cam­pa­ñas enemi­gas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» como en las con­tra­cam­pa­ñas del Ejér­ci­to Rojo, se emplean las dos for­mas de com­ba­te, la ofen­si­va y la defen­si­va, y en esto no hay dife­ren­cia con nin­gu­na otra gue­rra, anti­gua o moder­na, de Chi­na o del extran­je­ro. Pero el ras­go pecu­liar de la gue­rra civil de Chi­na es la alter­na­ción repe­ti­da de estas dos for­mas duran­te un lar­go perío­do. En cada cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», el enemi­go opo­ne su ofen­si­va a la defen­si­va del Ejér­ci­to Rojo, y éste, su defen­si­va a la ofen­si­va del enemi­go. Esta es la pri­me­ra eta­pa de una con­tra­cam­pa­ña. Des­pués, el enemi­go opo­ne su defen­si­va a la ofen­si­va del Ejér­ci­to Rojo, y éste, su ofen­si­va a la defen­si­va del enemi­go. Esta es la segun­da eta­pa de la con­tra­cam­pa­ña. Toda cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» com­pren­de estas dos eta­pas, que se alter­nan por un lar­go período.

Por alter­nan­cia repe­ti­da duran­te un lar­go perío­do enten­de­mos la repe­ti­ción de este tipo de gue­rra y de estas for­mas de com­ba­te. Este es un hecho evi­den­te a pri­me­ra vis­ta para todos. Una cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» a la cual se opo­ne una con­tra­cam­pa­ña: tal es el tipo de gue­rra que se repi­te. En la pri­me­ra eta­pa de cada cam­pa­ña, el enemi­go opo­ne su ofen­si­va a nues­tra defen­si­va y noso­tros, nues­tra defen­si­va a su ofen­si­va, y en la segun­da eta­pa, el enemi­go opo­ne su defen­si­va a nues­tra ofen­si­va y noso­tros, nues­tra ofen­si­va a su defen­si­va: tales son las for­mas de com­ba­te que se alter­nan en cada campaña.

Pero el con­te­ni­do de la gue­rra y de los com­ba­tes no se repi­te sim­ple­men­te, sino que cada vez es dife­ren­te. Tam­bién éste es un hecho evi­den­te a pri­me­ra vis­ta para todos. A este res­pec­to se obser­va la siguien­te ley: en cada nue­va cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» y en cada nue­va con­tra­cam­pa­ña, las ope­ra­cio­nes alcan­zan mayor esca­la, la situa­ción se hace más com­ple­ja y la lucha, más encarnizada.

Esto, sin embar­go, no quie­re decir que no haya alti­ba­jos. Des­pués de la quin­ta cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», debi­do a que el Ejér­ci­to Rojo que­dó enor­me­men­te debi­li­ta­do y se per­die­ron todas las bases de apo­yo en el sur, y tam­bién a que, habién­do­se des­pla­za­do al noroes­te, el Ejér­ci­to Rojo no ocu­pa ya una posi­ción tan impor­tan­te, como en el sur, que ame­na­ce gra­ve­men­te al enemi­go interno, las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» son de meno­res pro­por­cio­nes, la situa­ción es menos com­ple­ja y la lucha, menos encarnizada.

¿Qué cons­ti­tu­ye una derro­ta para el Ejér­ci­to Rojo? Des­de el pun­to de vis­ta estra­té­gi­co, sólo el fra­ca­so com­ple­to de una con­tra­cam­pa­ña pue­de cali­fi­car­se de derro­ta, y aun en ese caso la derro­ta no es más que par­cial y tem­po­ral, por­que sólo la des­truc­ción total del Ejér­ci­to Rojo pue­de ser con­si­de­ra­da corno una derro­ta com­ple­ta en la gue­rra civil, pero esto jamás ha ocu­rri­do. La pér­di­da de exten­sas bases de apo­yo y el des­pla­za­mien­to del Ejér­ci­to Rojo repre­sen­ta­ron una derro­ta tem­po­ral y par­cial, y no una derro­ta defi­ni­ti­va y total, aun­que esta derro­ta par­cial impli­có la pér­di­da del noven­ta por cien­to de los mili­tan­tes del par­ti­do, de las fuer­zas arma­das y de las bases de apo­yo. A este des­pla­za­mien­to lo lla­ma­mos con­ti­nua­ción de nues­tra defen­si­va, y a la per­se­cu­ción por par­te del enemi­go, con­ti­nua­ción de su ofen­si­va. Es decir, en el cur­so de la lucha entre la cam­pa­ña enemi­ga de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» y nues­tra con­tra­cam­pa­ña, no logra­mos pasar de la defen­si­va a la ofen­si­va, sino por el con­tra­rio, nues­tra defen­si­va fue que­bra­da por la ofen­si­va del enemi­go y se con­vir­tió en reti­ra­da, en tan­to que la ofen­si­va del enemi­go se con­vir­tió en per­se­cu­ción. Pero cuan­do el Ejér­ci­to Rojo lle­gó a una nue­va región, cuan­do, por ejem­plo, nos des­pla­za­mos de Chiang­sí y otros luga­res a Shen­sí, vol­vie­ron a repe­tir­se las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to». Por eso deci­mos que la reti­ra­da estra­té­gi­ca (la Gran Mar­cha1) del Ejér­ci­to Rojo fue la con­ti­nua­ción de su defen­si­va estra­té­gi­ca, y la per­se­cu­ción estra­té­gi­ca del enemi­go fue la con­ti­nua­ción de su ofen­si­va estratégica.

En la gue­rra civil de Chi­na, como en cual­quier otra gue­rra, anti­gua o moder­na, de Chi­na o del extran­je­ro, sólo exis­ten dos for­mas bási­cas de com­ba­te: ofen­si­va y defen­si­va. La carac­te­rís­ti­ca de la gue­rra civil de Chi­na resi­de en la repe­ti­ción pro­lon­ga­da de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» y las con­tra­cam­pa­ñas, y en la alter­na­ción pro­lon­ga­da de las dos for­mas de com­ba­te, ofen­si­va y defen­si­va, inclui­do un gran des­pla­za­mien­to estra­té­gi­co de más de diez mil kiló­me­tros (la Gran Marcha).

Lo mis­mo ocu­rre con la derro­ta del enemi­go. El enemi­go sufre una derro­ta estra­té­gi­ca cuan­do des­ba­ra­ta­mos su cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», nues­tra defen­si­va se con­vier­te en ofen­si­va y él, a su vez, pasa a la defen­si­va y tie­ne que reor­ga­ni­zar sus fuer­zas antes de lan­zar otra cam­pa­ña. El enemi­go no ha teni­do que hacer, como lo hici­mos noso­tros, un des­pla­za­mien­to estra­té­gi­co de más de diez mil kiló­me­tros, por­que domi­na todo el país y es mucho más fuer­te que noso­tros. Pero han habi­do des­pla­za­mien­tos par­cia­les de sus fuer­zas. Se han dado casos en que las fuer­zas enemi­gas, en pun­tos for­ti­fi­ca­dos blan­cos cer­ca­dos por el Ejér­ci­to Rojo den­tro de algu­nas bases de apo­yo revo­lu­cio­na­rias, han logra­do rom­per nues­tro cer­co y reti­rar­se a las zonas blan­cas para orga­ni­zar nue­vas ofen­si­vas. Seme­jan­tes casos ocu­rri­rán con más fre­cuen­cia si la gue­rra civil se pro­lon­ga y las vic­to­rias del Ejér­ci­to Rojo se hacen más amplias. Pero el enemi­go no pue­de lograr los mis­mos resul­ta­dos que el Ejér­ci­to Rojo, por­que no cuen­ta con el apo­yo del pue­blo y, ade­más, no hay uni­dad entre sus ofi­cia­les y sol­da­dos. Si efec­tua­ra un des­pla­za­mien­to de lar­go reco­rri­do seme­jan­te al del Ejér­ci­to Rojo, sería sin duda sería aniquilado.

En el perío­do de la línea de Li Li-san en 1930, este cama­ra­da no com­pren­dió el carác­ter pro­lon­ga­do de la gue­rra civil de Chi­na y, por con­si­guien­te, no logró ver la ley que rige el desa­rro­llo de esta gue­rra, ley de la repe­ti­ción pro­lon­ga­da de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» y de sus fra­ca­sos (en esa épo­ca ya habían teni­do lugar tres cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» en la región fron­te­ri­za de Junán-Chiang­sí y dos en Fuchién); por lo tan­to, en el inten­to de lograr una rápi­da vic­to­ria de la revo­lu­ción en todo el país, orde­nó al Ejér­ci­to Rojo, que aún se encon­tra­ba en su infan­cia, avan­zar sobre Wuján, y tam­bién orde­nó un levan­ta­mien­to arma­do a esca­la nacio­nal. Al actuar de esta mane­ra, come­tió un error de opor­tu­nis­mo de «izquier­da».

Los opor­tu­nis­tas de «izquier­da» de los años 1931 – 1934 tam­po­co cre­ye­ron en la ley de la repe­ti­ción de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to». En la base de apo­yo de la región fron­te­ri­za de Jupei-Jonán-Anjui apa­re­ció la lla­ma­da teo­ría de la «fuer­za auxi­liar»; allí, algu­nos cama­ra­das diri­gen­tes esti­ma­ban que el ejér­ci­to del Kuo­min­tang, des­pués de su derro­ta en la ter­ce­ra cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», ya no era más que una fuer­za auxi­liar, y que para un nue­vo ata­que al Ejér­ci­to Rojo, los pro­pios impe­ria­lis­tas ten­drían que inter­ve­nir como fuer­za prin­ci­pal. La línea estra­té­gi­ca basa­da en esta esti­ma­ción con­sis­tía en lan­zar al Ejér­ci­to Rojo sobre Wuján. Esto con­cor­da­ba en prin­ci­pio con las opi­nio­nes de aque­llos cama­ra­das de Chiang­sí que ins­ta­ban a que el Ejér­ci­to Rojo ata­ca­ra Nan­chang, que se mani­fes­ta­ban con­tra los esfuer­zos enca­mi­na­dos a unir las bases de apo­yo y con­tra la tác­ti­ca de atraer al enemi­go para que pene­tre pro­fun­da­men­te en e1 inte­rior de nues­tras zonas, que con­si­de­ra­ban la toma de la capi­tal y otras ciu­da­des prin­ci­pa­les de una pro­vin­cia como garan­tía de la vic­to­ria en toda la pro­vin­cia, y que sos­te­nían que «la lucha con­tra la quin­ta cam­pa­ña de “cer­co y ani­qui­la­mien­to” cons­ti­tu­ye la bata­lla deci­si­va entre el camino revo­lu­cio­na­rio y el camino colo­nial», etc. Fue este opor­tu­nis­mo de «izquier­da» el ori­gen de la línea erró­nea adop­ta­da en la lucha con­tra la cuar­ta cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» en la región fron­te­ri­za de Jupei-Jonán-Anjui, así como en la lucha con­tra la quin­ta cam­pa­ña de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» en la región cen­tral de Chiang­sí. Fue tam­bién el que redu­jo al Ejér­ci­to Rojo a la impo­ten­cia fren­te a las fero­ces cam­pa­ñas enemi­gas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» y cau­só enor­mes pér­di­das a la revo­lu­ción china.

Vin­cu­la­do direc­ta­men­te al opor­tu­nis­mo de «izquier­da» que nega­ba la repe­ti­ción de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», había otro pun­to de vis­ta, tam­bién total­men­te erró­neo, según el cual el Ejér­ci­to Rojo no debía en modo alguno recu­rrir a la defensiva.

La revo­lu­ción y la gue­rra revo­lu­cio­na­ria son ofen­si­vas. Esta afir­ma­ción es, des­de lue­go, correc­ta en un sen­ti­do. Cuan­do la revo­lu­ción y la gue­rra revo­lu­cio­na­ria sur­gen y se desa­rro­llan de lo peque­ño a lo gran­de, de care­cer del poder a la toma del mis­mo, de no con­tar con un Ejér­ci­to Rojo a su crea­ción y de la fal­ta de bases de apo­yo revo­lu­cio­na­rias a su esta­ble­ci­mien­to, tie­nen que estar nece­sa­ria­men­te a la ofen­si­va y no pue­den ser con­ser­va­do­ras, y es pre­ci­so luchar con­tra la ten­den­cia al conservatismo.

La revo­lu­ción y la gue­rra revo­lu­cio­na­ria son ofen­si­vas, pero tam­bién impli­can defen­sa y reti­ra­das. Ésta es la úni­ca afir­ma­ción ente­ra­men­te jus­ta. Defen­der­se a fin de ata­car, reti­rar­se a fin de avan­zar, ata­car el flan­co con miras a ata­car por el fren­te y dar un rodeo a fin de tomar el camino direc­to: todo esto es inevi­ta­ble en el pro­ce­so de desa­rro­llo de muchos fenó­me­nos y con mayor razón en las ope­ra­cio­nes militares.

De las dos afir­ma­cio­nes ante­rio­res, la pri­me­ra pue­de ser correc­ta en lo polí­ti­co, pero es inco­rrec­ta cuan­do se apli­ca a la esfe­ra mili­tar. Ade­más, es correc­ta en lo polí­ti­co sólo en una cir­cuns­tan­cia (cuan­do la revo­lu­ción avan­za), pero inco­rrec­ta en otra (cuan­do la revo­lu­ción está en reti­ra­da: en una reti­ra­da total, como en Rusia en 19062 y en Chi­na en 1927, o en una reti­ra­da par­cial, como en Rusia en la épo­ca de la con­clu­sión del Tra­ta­do de Brest-Litovsk3 en 1918). Sólo la segun­da afir­ma­ción es ente­ra­men­te correc­ta, es una ver­dad. El pun­to de vis­ta de los opor­tu­nis­tas de «izquier­da» de los años 1931 – 1934, que se opo­nían de for­ma mecá­ni­ca a la apli­ca­ción de medi­das defen­si­vas en la gue­rra, no era más que una idea pueril.

¿Cuán­do ter­mi­na­rá esta for­ma de repe­ti­ción de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to»? En mi opi­nión, si la gue­rra civil se pro­lon­ga, la repe­ti­ción ter­mi­na­rá cuan­do se pro­duz­ca un cam­bio radi­cal en la corre­la­ción de fuer­zas entre el enemi­go y noso­tros. Ter­mi­na­rá en cuan­to el Ejér­ci­to Rojo se haga más fuer­te que su enemi­go. Enton­ces, sere­mos noso­tros quie­nes orga­ni­za­re­mos cam­pa­ñas para cer­car y ani­qui­lar al enemi­go, y éste recu­rri­rá a las con­tra­cam­pa­ñas. Pero las con­di­cio­nes polí­ti­cas y mili­ta­res no le per­mi­ti­rán alcan­zar una posi­ción seme­jan­te a la que el Ejér­ci­to Rojo ha alcan­za­do en sus con­tra­cam­pa­ñas. Pode­mos afir­mar con cer­te­za que para enton­ces esta for­ma, la repe­ti­ción de las cam­pa­ñas de «cer­co y ani­qui­la­mien­to», habrá ter­mi­na­do, si no total­men­te, en lo fundamental.

  1. Se refie­re a la Gran Mar­cha de vein­ti­cin­co mil li, efec­tua­da por el Ejér­ci­to Rojo des­de la pro­vin­cia de Chiang­sí has­ta el Nor­te de la pro­vin­cia de Shen­sí. Véa­se Sobre la tác­ti­ca de la lucha con­tra el impe­ria­lis­mo japo­nés.
  2. Se refie­re al perío­do que sigue a la derro­ta de la insu­rrec­ción de diciem­bre de 1905, en el que la revo­lu­ción rusa iba en des­cen­so gra­dual. Véa­se Com­pen­dio de His­to­ria del Par­ti­do Comu­nis­ta (bol­che­vi­que) de la URSS, capí­tu­los III, V y VI
  3. Tra­ta­do de paz fir­ma­do entre Rusia sovié­ti­ca y Ale­ma­nia en mar­zo de 1918. Fue un retro­ce­so tem­po­ral de las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias, enfren­ta­das a fuer­zas enemi­gas evi­den­te­men­te supe­rio­res, con el fin de impe­dir que los impe­ria­lis­tas ale­ma­nes ata­ca­sen a la recién naci­da Repú­bli­ca Sovié­ti­ca, que aún no tenía un ejér­ci­to pro­pio. Gra­cias a la con­clu­sión de este Tra­ta­do, la Repú­bli­ca Sovié­ti­ca ganó tiem­po para con­so­li­dar el poder del pro­le­ta­ria­do, reor­ga­ni­zar su eco­no­mía y crear el Ejér­ci­to Rojo; el pro­le­ta­ria­do pudo así man­te­ner su direc­ción sobre los cam­pe­si­nos y acu­mu­lar fuer­zas sufi­cien­tes para derro­tar, en 1918 – 1920, a los guar­dias blan­cos y la inter­ven­ción arma­da de Ingla­te­rra, Esta­dos Uni­dos, Fran­cia, Japón, Polo­nia y otros países.

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