Con­tra el cul­to a los libros

Nuestra lucha tiene por objetivo pasar de la democracia al socialismo. En esta tarea el primer paso es concluir la revolución democrática, ganándonos a la mayoría de la clase obrera y movilizando a las masas campesinas y los pobres de la ciudad para derribar a la clase terrateniente, al imperialismo y al régimen kuomintanista. Después, con el desarrollo de la lucha, debemos llevar a cabo la revolución socialista. El cumplimiento de esta gran tarea revolucionaria no es empresa simple ni fácil; dependerá enteramente de la justeza y firmeza de la táctica que el partido del proletariado adopte en su lucha. Si esta táctica de lucha es errónea o vacilante, la revolución sufrirá sin duda una derrota temporal. Hay que tener en cuenta que los partidos burgueses también discuten constantemente sus tácticas de lucha. Para ellos, se trata de cómo difundir las ideas reformistas entre la clase obrera para alejarla, mediante engaños, de la dirección del Partido Comunista, de cómo atraerse a los campesinos ricos para aplastar los levantamientos de los campesinos pobres de cómo agrupar a los elementos lumpen para reprimir las luchas revolucionarias, etc. En una situación en que la lucha de clase se agudiza cada día más y se realiza cuerpo a cuerpo, para lograr su victoria el proletariado tiene que apoyarse por entero en la justeza y firmeza de la táctica de lucha de su partido, el Partido Comunista. Una correcta y firme táctica de lucha del Partido Comunista en modo alguno puede ser elaborada por unas cuantas personas encerradas entre cuatro paredes, sino que sólo puede nacer de la lucha de las masas, de la experiencia práctica. Por lo tanto, en todo momento debemos estar al corriente de la situación social y efectuar investigaciones sobre la realidad. Aquellos camaradas que tienen ideas rígidas, conservadoras, formalistas y de optimismo sin fundamento, creen que la actual táctica de lucha es perfecta, que los «libros»1 del VI Congreso Nacional del Partido garantizan la victoria para siempre y basta con acatar sus resoluciones para salir victoriosos en todas partes. Estos puntos de vista son absolutamente erróneos y no tienen nada en común con la línea ideológica de los comunistas que crea situaciones nuevas a través de la lucha; representa una línea puramente conservadora. Esta línea conservadora, a menos que sea desechada definitivamente ocasionará graves pérdidas a la revolución y perjudicará a esos mismos camaradas. Obviamente, en nuestro Ejército Rojo hay ciertos camaradas que se muestran satisfechos con el estado actual de cosas, no tratan de comprender los hechos a fondo, sienten un optimismo infundado y fomentan la falsa idea de que «el proletariado es así». Ellos no hacen más que comer todo el día y dormitar en sus oficinas sin querer dar un solo paso hacia la sociedad para hacer investigaciones entre las masas. Cada vez que hablan dicen las mismas perogrulladas, que fastidian a la gente. Para hacer que esos camaradas despierten debemos elevar nuestra voz y gritarles:

¡Despréndanse sin demora de sus ideas conservadoras!

¡Reemplácenlas por las ideas combativas y progresistas propias de los comunistas!

¡Intégrense a la lucha!

¡Vayan a las masas a investigar la realidad!

  1. Se refiere a las resoluciones adoptadas en el VI Congreso Nacional del Partido Comunista de China celebrado en julio de 1928, que incluían la resolución política y las resoluciones sobre la cuestión campesina, la cuestión agraria, la organización del poder, etc. A comienzos de 1929, el Comité del Frente del 4º Cuerpo de Ejército del Ejército Rojo publicó estas resoluciones en forma de folleto para su distribución entre las organizaciones del Partido en el Ejército Rojo y las organizaciones locales del Partido.

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