Con­tra el cul­to a los libros

¿No puede usted resolver un problema? ¡Pues bien, póngase a investigar su situación actual y sus antecedentes! Cuando haya investigado cabalmente el problema dejándolo claro, sabrá como resolverlo. Toda conclusión se saca después de haber investigado, y no antes. Únicamente un tonto, solo o reuniendo a un grupo de gentes, se devana los sesos para «encontrar una solución» o «elaborar una idea» sin hacer ninguna investigación. Debe subrayarse que esto no conducirá en absoluto a ninguna solución eficaz, a ninguna idea provechosa. En otras palabras, lo único que puede hacer ese tonto es deducir soluciones erróneas, ideas equivocadas.

No son pocos los inspectores, jefes de guerrillas y cuadros recién nombrados que gustan de hacer pronunciamientos políticos apenas llegan a un lugar, y se pavonean criticando esto y censurando aquello cuando sólo han visto algunas apariencias o detalles menores de las cosas. En realidad nada hay más detestable que esa manera puramente subjetiva de decir disparates. Sin duda, esa gente estropeará las cosas, perderá la confianza de las masas y no será capaz de resolver ningún problema.

Muchos de los que ocupan cargos dirigentes se limitan a exhalar suspiros ante los problemas difíciles, sin poder resolverlos. Pierden la paciencia y piden ser trasladados, alegando que por falta de capacidad no están a la altura de su trabajo. Estas son palabras propias de cobardes. Pues bien, ponga usted los pies a andar, recorrer cada sector o lugar que se encuentre bajo su responsabilidad y «pregúntelo todo»1, como hacía Confucio, y entonces, por más pobre que sea su capacidad, sabrá encontrar soluciones, pues si antes de salir de la oficina no hay nada en su cabeza, de regreso ésta ya no se hallará vacía, sino provista de todo tipo de materiales necesarios para la solución de problemas; es así como éstos se resuelven. ¿Es indispensable salir? No forzosamente. Puede usted convocar a una reunión de investigación a personas familiarizadas con la situación, a fin de hallar el origen de ese que usted considera un problema difícil y enterarse de su estado actual; entonces le será fácil resolverlo.

La investigación se asemeja a los largos meses de gestación, y la solución del problema, al día del parto. Investigar un problema es resolverlo.

  1. Véase Analectas de Confucio, libro III, «Pa Yi»: «Cuando Confucio entraba al templo Ancestral, lo preguntaba todo».

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